viernes, 18 de febrero de 2011

CUÉNTAME DEL AGUA


El cole ha participado en el concurso de redacción "Cuéntame del Agua" y se han seleccionado los textos de María Muñoz de 2º B y de Dana Ibáñez de 6º A.

Estos son los y las finalistas de sexto:
CUÉNTAME DEL AGUA


Cuando estamos en casa y necesitamos usar el agua solamente tenemos que abrir un grifo, no pensamos en que otros tiempos nuestros abuelos no lo tenían tan fácil. Ellos tenían que coger el agua de aljibes, pozos y fuentes para el uso cotidiano. Para lavar la ropa tenían que ir a los lavaderos del pueblo, el wáter estaba fuera de la vivienda, normalmente en algún patio o corral, las bañeras eran un lujo y en cualquier caso había que llenarlas a cubos.

Por todo esto creo que se utilizaba mejor el agua. Mediante los aljibes se aprovechaba el agua de la lluvia; para llevarla hasta donde se usaba se transportaba en cubos y cántaros.

Ahora voy a contar lo que mi abuela me ha explicado que tenía que hacer ella cuando era pequeña. Vivía en un pequeño pueblo y, como era normal en aquella época, en una casa de una planta, con un gran patio interior donde estaban situados los corrales de los animales y un pozo que, según me cuenta, estaba en el centro del patio. Ella tenía suerte de tener el agua cerca de casa y no tenía que salir fuera de ella, por ejemplo, a la plaza del pueblo donde estaba la fuente que utilizaban la mayoría de los vecinos.

También me cuenta que lo peor de todo eran los inviernos cuando tenían que lavar la ropa, ya que a ella y a sus hermanas, que tenían mi edad, les tocaba ir al lavadero y pasaban mucho frío volviendo a casa con las manos moradas; les salían unas heridas que se llaman sabañones.

Cuando veo ahora a mi madre que tiene que lavar la ropa, solo tiene que apretar un botón y todo lo demás lo hace la lavadora. Es una suerte de la que no nos damos cuenta lo fácil que tenemos ahora el uso del agua y la poca importancia que le damos a abrir un grifo y que salga agua.

La verdad es que pienso que nuestros abuelos tuvieron una infancia más difícil que la mía, con muchas menos comodidades que nosotros.

Es por todo esto por lo que creo que nosotros no apreciamos lo fácil que tenemos ahora beber un vaso de agua, estirar de la cadena del wáter, lavarnos los dientes, ducharnos, etc.; todas estas cosas, que nosotros hacemos todos los días sin darle ninguna importancia, era algo impensable para nuestros tatarabuelos.

RAFAEL CEBRIÁN GONZÁLEZ.6º - A C.P. Severo Ochoa

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EL AGUA Y LA VIDA


En 2019, inventaron dos máquinas del tiempo. Sofía, era una de las niñas que tenía la suerte de poder viajar en el tiempo, porque su padre fue el que inventó esas maquinas. Sofía tenía un gran sueño desde que tenía tres años: poder viajar en el tiempo. El 13 de abril de 2019 su sueño se hizo realidad. Viajó al pasado, al año 1938, en plena Guerra Civil Española. Se dio cuenta de que había muchísima pobreza. Sofía estuvo a punto de morir, pero le salvó la vida un niño llamado Angel que era muy pobre. Debido a la Guerra Civil tenía que ir a por agua y recorrer casi veinte kilómetros todos los días, después atravesar las montañas…, y todo eso lo hacía él porque sus padres murieron en la guerra. Angel vivía con sus abuelos que ya eran muy ancianos y casi no podían moverse.

En esa época, había mucha escasez de todo y la gente moría por las guerras y por la falta de agua potable, ya que hay enfermedades que se propagan por la falta de higiene. Hay que tener en cuenta que no existían los cuartos de baño que existen hoy en día con sus bañeras, duchas… lo hacían con barreños, palancanas, etc. Durante la guerra con las bombas destruyeron las cañerías y también envenenaban el agua de los ríos y los embalses para que la gente muriera de hambre y sed. La niña cuando se enteró de todo esto se le ocurrió una idea: llevar a ese niño al futuro con ellos para que hablara de lo que le ocurría. El niño concedió muchas conferencias y así la gente del futuro pudo comprender las situaciones que tenían en aquella época por el mal uso del agua, que debe ser un bien común para todas las personas de cualquier país, y que todos debemos aprender a usar el agua sin ningún tipo de desperdicio.

Al final, se construyeron mas maquinas del tiempo y trajeron a toda esa gente tan pobre al presente.

ANDREA GORDO CASTRO-GIRONA C.E.I.P. Severo Ochoa – 6º A Albacete

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AGUA


Hace muchos años, cuando mis abuelos eran jóvenes, había muchísima agua por la zona de Albacete. Los campos estaban inundados, llovía mucho y nevaba. Pasaban semanas sin salir de la casa, debido a la nieve. Mis abuelos trabajaban la tierra y sus padres también. Había tanta agua ,que muchas zonas no se podían cultivar. Contaba mi abuelo, que la señora María Cristina, que era una persona muy importante, fue la que tuvo la idea de hacer una serie de canales de desagüe para qué las zonas que estaban llenas de agua, se pudieran cultivar. Por eso, le llaman canal de María Cristina. A los dueños de las tierras donde habían hecho estas obras, tuvieron que pagar unas cuotas durante muchos años. Conforme fue pasando el tiempo, los niveles del agua fueron bajando y empezaron a hacer pozos. Dice mi abuelo que sembraban patatas y que hacían un agujero de un metro de profundidad y ya tenían agua para regarlas. Utilizaban un utensilio para sacar el agua que le llamaban “catapún”. Era como una balanza que en un extremo llevaba una pesa y en el otro un cubo. Luego la sacaban con un arte de cubas (una noria) y una mula, como las que veis en los belenes. A medida que el agua iba bajando, empezaron a emplear motobombas de gasolina y petróleo, luego diesel y hoy en día, bombas sumergidas eléctricas.

El agua en las casas se cogía de nacimientos, de fuentes y, más tarde de pozos. De éstos se sacaba con un cubo, una cuerda y una garrucha, que era una polea. Se llevaba a las casas en cubos y en cántaros, porque en casa no había grifos. Se lavaba en los ríos, lagos y en los lavaderos, en las pilas. La gente se aseaba en la palangana, o utilizando barreños o en una especie de bañeras. También lo hacían en el río y en las casas de campo, en lo que llamaban “pilón”, que era una balsa pequeña que estaba al lado del pozo, donde bebían los animales agua.

Más adelante, ya fueron instalando el agua dentro de las casas, lavaban con una pila a la que le habían instalado un motor que hacia girar la ropa. Luego sacaron la primera lavadora de turbina y, más tarde, la que conocemos.

Como veis la historia del agua es larga, ha sido costosa, pero ha merecido la pena. Por eso debemos cuidar cada gota.

Autor: JAVIER GONZÁLEZ CASADO 6ºA

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Este es el texto que se ha seleccionado:
 

SIN AGUA NO HAY VIDA

Algo tan simple como abrir un grifo y que salga agua, hace años era una cosa impensable.

Antes no había agua corriente en las casas, y se tenían que apañar con el agua que sacaban a cubos de los pozos que había en algunas casas, o iban con los cántaros a llenarlos de la fuente.

Antiguamente la gente vivía en casas bajas, o en corrales grandes en las que varias familias compartían el mismo patio, el pozo y la pila de lavar. Así que como sólo había un pozo y una pila los vecinos se tenían que poner de acuerdo y cada día lavaba la ropa una familia. El pozo, estaba tan lejos de la pila que tenía que estar una persona llevando cubos de agua, otra llevándolos a la pila, y otra lavando la ropa.

No en todas las casas había un pozo, y entonces la gente tenía que ir al río a lavar o iban a los lavaderos municipales que había en algunos pueblos. Se establecía una relación entre los mayores que acudían a limpiar su ropa. La conversación surgía espontáneamente entre golpe y golpe de jabón.

Cuando llovía en invierno, el pozo se llenaba de agua, pero cuando había sequía el agua disminuía y tenían que excavar cada cierto tiempo para hacer el pozo más profundo.

La familia de mi abuela materna tenía una fábrica de tejas y una alfarería en Chinchilla. Para hacer las tejas y los cacharros tenían que sacar agua de los pozos para hacer el barro y poder trabajar. Hacían cántaros para llevar el agua, botijos que mantenían el agua fresquita en verano, lebrillos que es como una palangana de plástico nada más que hecho de barro, que utilizaban para lavarse o como recipiente en las matanzas del cerdo, y todo tipo de cacharros que vendían o cambiaban por otras cosas.

Luego empezaron a construir casas formando barrios, y en cada casa hicieron wáteres de paja; luego se empezó a contaminar el agua de los pozos y la gente tuvo que dejar de utilizarla. Entonces, iban con cántaros a las fuentes que había en los parques y plazas para beber y cocinar el agua de ahí. El agua de los pozos, la utilizaban sólo para regar las plantas y para lavar.

Como veis, han cambiado mucho las cosas, pero el agua sigue siendo igual de imprescindible y tan necesaria para vivir como antes.

Todo a nuestro alrededor gira en torno al agua: los animales, las plantas, el campo, en definitiva, la vida. Por eso, no nos tenemos que olvidar nunca de su importancia. No hay que malgastarla, hay que cuidarla, no ensuciarla y ser responsables con su uso.

Que te quede más claro que el agua: “SIN AGUA NO HAY VIDA”.
DANA IBAÑEZ LOPEZ

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